Simposio de la música festera de COCENTAINA
La Asociación de San Jorge pretendió, además, que la sede de la UNDEF estuviera en Alcoy y lo más próximo posible a ella. Para conseguirlo, compraron una casa justo al lado del Casal de Sant Jordi y la ofrecieron a la UNDEF como sede, convocando una Asamblea para ello en Alcoy. Se la enseñaron a los representantes de los pueblos y, para su sorpresa e indignación, no se aprobó que la sede se estableciera en Alcoy, quedándose por tanto en Villena como se había decidido en la reunión de Ibi del 14-12-1975. Evidentemente, muchos de los representantes de los pueblos vieron la jugada y no se dejaron engañar.
Pero este hecho contribuyó a crear el desagradable conflicto entre la Asociación de San Jorge y la UNDEF que se manifestó en el I Centenario de la Música Festera y que culminó con la salida de Alcoy de la UNDEF.
En 1982 se cumplía el centenario del pasodoble Mahomet, del alcoyano Juan Cantó Francés, que se consideró la primera obra hecha para la Fiesta[1]. En el libro I Centenario de la Música Festera de Moros y Cristianos, editado por la UNDEF, se narra todo lo acontecido en él, tanto en su preparación como en su desarrollo. Y en su página 18 se dice que “Albaida fue la única población festera que, recogiendo la idea del centenario, la supo plasmar en un anteproyecto que ofreció a la Junta Directiva de la UNDEF” y que se presentó en la Asamblea General Ordinaria celebrada en Alicante el 17-2-1980. Sin embargo, “le contestó don Octavio Rico Jover, vicepresidente de la Asociación de San Jorge, afirmando que en Alcoy se estaba trabajando sobre el tema y ofreciendo dicha ciudad como marco”. Y aquí apareció Alcoy para hundir el anteproyecto de Albaida y apropiarse de la celebración del centenario. En efecto, “en la sesión de la Junta Directiva, celebrada en Alicante el 11 de Marzo de 1980, se abordaron diversos puntos y entre ellos el mandato de la Asamblea sobre el Centenario. Se divagó bastante sobre el tema y ni siquiera fue leído en público el anteproyecto de Albaida, como correspondía para ser comentado debidamente, porque algún directivo lo trató con aire despectivo … Y, sin embargo, el anteproyecto de Albaida fue sustancial porque contenía más del 50% de lo que luego llegó a ser en realidad” (página 18). Se formó una comisión encargada de elaborar un programa de actos, presidida (como no) por el vicepresidente de la Asociación de San Jorge de Alcoy, que tuvo sucesivas reuniones.
En la Asamblea General Extraordinaria celebrada en Bocairent el 28-6-1980 se aprobó por unanimidad, excepto uno de sus puntos, la celebración de un desfile homenaje a las bandas, porque todos eran partidarios de que se celebrara con festeros menos Alcoy (cómo no), que pretendía que fuera sólo con las bandas de música. En efecto, “sin llegar a ninguna conclusión en cuanto a maneras y variantes posibles, se tomó el acuerdo de celebrar una inmediata votación nominal para dilucidar simplemente el nudo gordiano de la cuestión: si el desfile-homenaje a las bandas se haría con o sin festeros. Y de las 20 poblaciones presentes, 19 aceptaron que fueran con festeros y sólo Alcoy votó en contra“ (página 20). En la Comisión y en la Junta Directiva “hubo armonía bastante generalizada hasta que surgió el tema del desfile-homenaje a las bandas con festeros, que los representantes de Alcoy rechazaron desde un principio en contra de la opinión de todos los demás. Cuando esta postura se vio confirmada en la Asamblea General Extraordinaria del 28 de Junio, la situación de los representantes alcoyanos quedó un tanto desairada y era lógico que aumentase poco a poco la tensión. Si a ello se une la campaña en la prensa desaforada contra la UNDEF por preparar el Centenario y despectiva contra algunos de sus directivos, se comprenderá que el clima ambiental se fuese agriando paulatinamente“ (página 21).
El 18-9-1980 la Junta directiva se reunió en Bocairent y ”al final, la reunión se transformó en borrascosa al dar cuenta de dos escritos de Don Adrián Espí Valdés, cronista de la Asociación de San Jorge, publicados en el periódico CIUDAD los días 11 y 18 de Septiembre, los cuales tenían carácter netamente ofensivo contra la UNDEF y algunos de sus directivos; acordándose dar la callada por respuesta al considerar que era la forma más idónea y apropiada para superar la insidias sin entrar en polémica de prensa. La tensión había alcanzado su zénit entre los representates alcoyanos y los demás miembros de la Junta Directiva y de la Comisión“ (página 21). El 30-9-1980 el vicepresidente de la Asociación de San Jorge de Alcoy dimitió como Presidente de la Comisión, aunque continuó en ella y en la Junta directiva. También surgieron desavenencias en lo que se refiere a los certámenes de partituras y el homenaje a los compositores, que el representante alcoyano quería que se celebraran en Alcoy (como no), y éste continuó la polémica del desfile homenaje a las bandas, a pesar de haber sido zanjado democráticamente en la Asamblea Extraordinaria del 28-6-1980.
La celebración del Centenario comenzó brillantemente en Villena con la Semana de Apertura del 23 al 30 de mayo de 1981, y continuó en otras poblaciones de la UNDEF según un turno rotatorio. Sin embargo, se produjo un suceso inesperado: “Tras haberse celebrado los actos básicos del Centenario, cuales fueron los concursos de partituras y el homenaje a los compositores, la opinión pública festera fue sorprendida por un suceso inesperado: el 28 de Enero de 1982 la Asociación de San Jorge acordaba salirse de la UNDEF y, por consiguiente, quedaban rotos los pactos de colaboración tan arduamente establecidos en Octubre de 1980 para la celebración conjunta del Centenario. El hecho fue conocido a través de una carta dirigida a la secretaría de la UNDEF y de una nota de prensa facilitada a los medios de comunicación“ (página 28). No podía ser de otra forma. Alcoy había querido protagonizar la celebración del Centenario, había estado en contra de la celebración de un desfile con festeros y no se había salido con la suya. Y el motivo de su desplante fue claramente la celebración del desfile con festeros, al que se opuso enconadamente, como es fácil de adivinar y así se comprendió entonces, para que no se repitiera el éxito del Desfile de Hermandad que cerró el Congreso de Villena. Parece que el éxito de este desfile les había escocido mucho y los alcoyanos tenían auténtico miedo a que se repitiera y le pudiera hacer sombra a las Entradas de Alcoy. El desfile homenaje a las bandas se realizó el 5-6-1982 en Alicante y, naturalmente, fue un éxito, aunque en la prensa alcoyana se reflejó la rabieta de algún festero alcoyano por este éxito obtenido[2].
Alcoy había considerado a la UNDEF como un mero apéndice de la Asociación de San Jorge y había pretendido que fuera un instrumento de ella para que las fiestas de los demás pueblos no amenazaran la primacía de las fiestas de Alcoy. Para conseguirlo, debían controlarla situando sus peones en los puntos estratégicos, como la presidencia de la Comisión del Centenario por ejemplo, con el fin de evitar que se repitiera lo del Congreso de Villena y que ninguna población llevara a cabo iniciativas que pudieran hacerle sombra a las fiestas de Alcoy, que para los alcoyanos eran “la madre de todas las fiestas”. El desfile-homenaje a las bandas lo interpretaron como una amenaza que podría poner en peligro la primacía de las fiestas de Alcoy y, para evitarlo, intentaron quitarle toda la brillantez posible. Al no conseguirlo, pegaron el portazo. Otros alcoyanos, en cambio, concibieron la UNDEF como una institución necesaria para defender la primacía alcoyana, pero de una forma más educada y más sutil que los dirigentes de la Asociación de San Jorge, defendiendo la unión de todos los pueblos festeros, pero bajo la tutela y el liderazgo de Alcoy y tomando las fiestas alcoyanas como modelo.
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[1] Para algunos no lo era, porque en el archivo de la Unión Musical de Bocairent “sin nombre de autor, se encuentra Manueles y Fajardos, pasodoble en el que se señala como ‘2º premio en el certamen musical de la Sociedad del Iris de 1880’, o sea, dos años antes que Juan Cantó compusiera el Mahomet“, según indicó el Vocal Artístico de la UNDEF, Miguel Cantó Castelló, en la página 161 del libro I Centenario de la Música Festera de Moros y Cristianos. Sin embargo, en la página 7 del número de Diciembre de 1979 del boletín de la UNDEF se decía lo siguiente: “Centenario de la música festera. Se va a celebrar en 1982 el Centenario de la música festera. Las poblaciones interesadas en participar con algún acto o sugerencia, deben dirigirse a Secretaría con la mayor brevedad”.[2] “Días después, del desfile-homenaje, el día 9 concretamente, el diario Información publicaba en su página de Alcoy una ‘carta festera’ con la firma de ‘Barranc del Sinc’, seudónimo tras el que se camuflaba un conocido plumífero de aquella ciudad, en la que decía”: “De un tiempo a esta parte determinada entidad que pretende abarcar en los pueblos que celebran fiestas de moros y cristianos está esforzándose en el montaje de grandes desfiles y otros actos de características similares, una de cuyas pruebas palpables la encontramos en Alicante el pasado fin de semana. Con la pedante pretensión de actuar como una especie de ‘real academia de la fiesta’ para asegurar la pureza de la fiesta y potenciar la misma, lo único que se está obteniendo es la mercantilización de la misma con la ayuda de organismos regidos por políticos mediocres que suelen confundir los términos a la hora de aplicar una pretendida política turístico-cultural … Lo demás, los montajes que pretenden formar una hermandad festera a base de grandes desfiles, son producto de política que como en los regímenes no democráticos sólo son capaces de ‘vender’ el espectáculo por el interés”. ”Fue ésta la única y esperada nota discordante, que pasó desapercibida entre el cúmulo de reseñas que reconocían los valores del homenaje y la meritoria labor de la UNDEF. Porque no vamos a comentar la apostilla a esta carta que hacía en Ciudad de Alcoy un tal ‘Rómulo’ (siempre los seudónimos en estos casos) que no conseguía ocultar a un conocido festero, en la que después de alabar la sabiduría epistolar de ‘Barranc del Sinc’, se lamentaba de la aportación económica de la Diputación para el Centenario, que esa era en verdad la madre del cordero“ (página 125).