Este texto ha sido publicado en:
Domene Verdú, José Fernando (2008): Historia de las fiestas de moros y cristianos de Villena. Los textos de las Embajadas y la Conversión en la Historia de las fiestas de Villena, Ediciones EPdV, Villena, pp. 113-121.
Introducción
La interpretación de las embajadas es difícil porque no basta con tener buena voz y ponerle suficiente pasión sino que, además, hay que saber recitar y, parar ello, hay que conocer la técnica. La mayoría de los textos de embajadas están escritos en verso. Por eso, su interpretación consta de dos partes diferenciadas, que se unifican a la hora de interpretarlas: la recitación de los versos y la interpretación teatral propiamente dicha.
La recitación de los versos
El verso es la unidad de un poema que posee ritmo. Recitar es leer correctamente los versos de un poema. Para leer correctamente un poema es necesario tener en cuenta los cuatro elementos que definen el ritmo de sus versos. Estos elementos son: la métrica, la rima, las pausas y el ritmo de intensidad.
La métrica
La métrica distingue tres unidades: el poema, la estrofa y el verso. El verso es la unidad métrica mínima. Varios versos convenientemente estructurados forman una estrofa y una o varias estrofas forman un poema, que es la unidad mayor. Para leer correctamente un poema es necesario saber el número de sílabas que tienen sus versos y cuales llevan acento. Una sílaba es un conjunto de fonemas que se puede expresar con una sola emisión de voz. Dos vocales contiguas forman diptongo si una es fuerte y otra débil o si las dos son débiles, siempre que una de ellas no esté acentuada. Tres vocales contiguas forman triptongo si la vocal fuerte es la de en medio. Medir los versos es contar el número de sílabas que poseen. Para hacerlo, es necesario conocer la posición de las sílabas acentuadas. Las palabras pueden ser acentuadas (tónicas) o inacentuadas (átonas). Según la posición que ocupa la sílaba acentuada, laspalabras tónicas o acentuadas pueden ser de tres tipos:
  • Palabras oxítonas o agudas: Son aquellas palabras que tienen el acento en la última sílaba.
  • Palabras paroxítonas o llanas: Son aquellas palabras que tienen el acento en la penúltima sílaba. Son las más comunes en castellano.
  • Palabras proparoxítonas o esdrújulas: Son aquellas palabras que tienen el acento en la antepenúltima sílaba.
Para medir los versos, la palabra más importante es la última, que siempre ha de ser tónica o acentuada. Según la posición que ocupa la sílaba acentuada de la última palabra, los versos pueden ser de tres tipos:
  • Versos oxítonos: Son aquellos cuya última palabra es oxítona (aguda) o, lo que es lo mismo, aquellos en los que la última palabra acentuada es la última del verso.
  • Versos paroxítonos: Son aquellos cuya última palabra es paroxítona (llana) o, lo que es lo mismo, aquellos en los que la última palabra acentuada es la penúltima del verso.
  • Versos proparoxítonos: Son aquellos cuya última palabra es proparoxítona (esdrújula) o, lo que es lo mismo, aquellos en los que la última palabra acentuada es la antepenúltima del verso.
Teniendo en cuenta estos tres tipos de versos, las reglas que existen para medir los versos se pueden resumir en una sola: las sílabas de un verso serán siempre las que hayan hasta el último acento más una. Por tanto:
  • Si el verso es paroxítono y, por tanto, termina en una palabra llana (acentuada en la penúltima sílaba), se contarán las sílaba reales que tenga. Ello se debe a que la mayoría de las palabras son paroxítonas en castellano.
  • Si el verso es oxítono y, por tanto, termina en una palabra aguda (acentuada en la última sílaba), se contará una sílaba más de las que tenga.
  • Si el verso es proparoxítono y, por tanto, termina en una palabra esdrújula (acentuada en la antepenúltima sílaba), se contará una sílaba menos de las que tenga.
Para contar las sílabas de un verso, es necesario además tener en cuenta los siguientes elementos que modifican el número de sílabas que tiene un verso: la sinalefa, el hiato, la sinéresis y la diéresis.
Cuando una palabra acaba en vocal y la palabra que le sigue comienza también por vocal, ambas vocales se unen formando una sola sílaba y constituyen lo que se denomina sinalefa. La sinalefa, por tanto, es la unión en una sola sílaba de la vocal final de una palabra con la inicial de la siguiente.
  • Cuando una palabra acaba en vocal y la palabra que le sigue comienza también por vocal, puede ocurrir que, por algún motivo, ambas vocales no se unan formando una sola sílaba y eso se denomina hiato. Las causas del hiato suelen ser la cesura o la acentuación de una de las vocales.
  • Cuando, dentro de una misma palabra, dos vocales contiguas que no forman diptongo (esto es, dos vocales fuertes) se unen formando una sola sílaba (por ejemplo, poe-sí-a en vez de po-e-sí-a), esto se denomina sinéresis.
  • Cuando, dentro de una misma palabra, dos vocales contiguas que forman diptongo se separan formando dos sílabas, esto se denomina diéresis.
La sinalefa y la sinéresis son fenómenos corrientes y constantes en el habla. Sobre estos conceptos, hay que tener en cuenta cuatro reglas muy importantes:
  • Si hay más de dos vocales contiguas y una de las vocales de en medio es débil (i, u), ese grupo de vocales no forma sinalefa ni sinéresis.
  • Si una de las vocales contiguas lleva acento, ese grupo de vocales tampoco forma sinalefa ni sinéresis.
  • Los signos de puntuación (coma, punto, punto y coma, signos de interrogación, de exclamación, etc.) no impiden la sinalefa.
  • Las pausas tienen valor métrico y, por tanto, impiden la sinalefa.
Ejemplo:
Es-to es, ba-já, a lo que ven-go
1       2       3     4     5    6    7    8
y a lo que mi rey me en-ví-a
1 2 3 4 5 6 7 8
Ejemplo:
Dí al je-fe de e-se cas-ti-llo
1 2 3 4 5 6 7 8
que le es-pe-ro, o a-vo-ces al-tas
1 2 3 4 5 6 7 8
Yo mis-mo lo lla-ma-ré.
1 2 3 4 5 6 7 8
Qué res-pon-des, dí, qué a-guar-das.
1 2 3 4 5 6 7 8
Los versos pueden ser simples, cuando constan de un sólo verso, o compuestos, si constan de dos versos, que se denominan hemistiquios y están separados por una pausa interna o cesura. Entre los versos simples, los de ocho sílabas o menos se denominan de arte menor y los de nueve a once sílabas, de arte mayor. Los de más de once sílabas son versos compuestos.
La rima
La rima es la repetición al final de distintos versos de los fonemas que aparecen al final de un verso, a partir de la última vocal acentuada. Si se repiten todos los fonemas a partir del último acento, la rima es total, consonante o perfecta. Si solamente se repiten algunos fonemas, la rima es parcial. Si únicamente se repiten los fonemas vocálicos, la rima es vocálica, asonante o imperfecta.
Las pausas
Las pausas son los silencios que se hacen al recitar los versos de un poema. Son descansos motivados por dos razones: por la necesidad fisiológica de respirar, por razones sintácticas (por ejemplo, el final de una frase). Por su colocación, las pausas pueden ser de cuatro tipos:
  • Pausa estrófica, si se sitúa al final de una estrofa. Se representa gráficamente por tres barras (///).
  • Pausa versal, si se sitúa al final de un verso. Se representa gráficamente por dos barras (//).
  • Pausa interna, si se sitúa en el interior de un verso. No es obligatoria y permite la sinalefa. Se representa gráficamente por una barra (/).
  • Cesura, si se sitúa dentro de un verso compuesto, dividiéndolo en dos grupos fónicos denominados hemistiquios. Como realmente es una pausa versal, impide la sinalefa. Se representa gráficamente por dos barras (//).
Las pausas son obligatorias y tienen valor métrico, por lo que impiden siempre la sinalefa. La única excepción en la que se suprime la pausa versal es el encabalgamiento dentro de un sirrema. El encabalgamiento es un desajuste que se produce en una estrofa cuando la pausa versal no coincide con la pausa morfosintáctica.
Ejemplo:
“no un centinela, el monarca /
es quien les recibe afable, /
les venera y agasaja.” //
En el encabalgamiento, se suprime la pausa versal sólo en los sirremas o agrupaciones de ciertas partes de una oración gramatical que no permiten una pausa en su interior. Los sirremas en castellano son los siguientes:
  • Sustantivo + adjetivo o viceversa.
  • Sustantivo + complemento determinativo.
  • Verbo + adverbio o viceversa.
  • Pronombre átono, preposición, conjunción y artículo + el elemento que introducen.
  • Tiempos compuestos de los verbos y perífrasis verbales.
  • Palabras con preposición.
  • Oraciones adjetivas especificativas, frente a las oraciones explicativas.
El ritmo de intensidad
El ritmo de intensidad es el elemento más importante de un verso y el único que no puede faltar. Es imprescindible en todo tipo de versos y su ausencia impide considerarlos como tales. Un texto que carece de ritmo de intensidad no es poesía, es prosa. El ritmo de intensidad está determinado por los acentos, de tal manera que las sílabas acentuadas e inacentuadas, junto con las pausas, se suceden en el verso de forma acompasada, marcando un ritmo semejante al musical. Para conocer el ritmo de intensidad de un verso, es necesario, por tanto, conocer lostipos de acentos que puede tener, que son tres:
  • El acento prosódico es el que tiene cada palabra tanto en poesía como en prosa.
  • El acento ortográfico es aquel acento prosódico que se señala al escribir una palabra, siguiendo las reglas de acentuación de cada lengua.
  • El acento de intensidad o acento estrófico es aquel acento prosódico que marca el ritmo de un verso.
El acento más importante y el único que determina el ritmo de un verso es el acento de intensidad, acento estrófico o acento rítmico, independientemente de que sea ortográfico o no lo sea. El ritmo de intensidad puede ser de dos tipos, según las sílabas en las que esté situado el acento prosódico:
  • Ritmo yámbico, cuando el acento está situado en las sílabas pares de un verso.
  • Ritmo trocaico, cuando el acento está situado en las sílabas impares de un verso.
Todos los acentos que coinciden con el acento de intensidad se denominan acentos rítmicos y los que no coinciden con él, acentos extrarrítmicos. El acento prosódico en una sílaba contigua a la que lleva el acento rítmico se denomina acento antirrítmico. Algunos acentos de intensidad son obligatorios. En el ritmo de intensidad de un verso es necesario, además, conocer también el número de sílabas y los acentos de intensidad obligatorios que posee. Teniendo en cuenta estos dos factores, se pueden establecer las siguientes reglas:
  • Todos los versos tienen un acento de intensidad en la penúltima sílaba métrica (esto es, en la última sílaba si la última palabra es aguda, en la penúltima si es llana y en la antepenúltima si es esdrújula).
  • Los versos de arte menor tienen dos acentos de intensidad obligatorios, uno en la penúltima sílaba métrica y otro que es variable y se encuentra en las cuatro primeras sílabas.
  • Los versos de arte mayor tienen tres acentos de intensidad obligatorios, uno en la penúltima sílaba métrica, otro en la sexta o en la séptima sílaba y otro que es variable y se encuentra en las cuatro primeras sílabas.
Según la sílaba en la que se encuentra el primer acento de intensidad obligatorio, los versos endecasílabos pueden ser de tres tipos:
  • Endecasílabo enfático, si el primer acento de intensidad obligatorio está en la primera sílaba y el segundo en la sexta.
  • Endecasílabo heroico, si el primer acento de intensidad obligatorio está en la segunda sílaba y el segundo en la sexta.
  • Endecasílabo melódico, si el primer acento de intensidad obligatorio está en la tercera sílaba y el segundo en la sexta.
  • Endecasílabo sáfico, si el primer acento de intensidad obligatorio está en la cuarta y el segundo en la sexta, en la séptima o en la octava.
La entonación está determinada por los acentos rítmicos de cada verso, siendo normalmente ascendente antes del último y descendente después de él. El tono es descendente en las afirmaciones y ascendente en las interrogaciones, excepto si la frase lleva una partícula interrogativa. La inflexión final del tono siempre se produce a partir de la última vocal acentuada. En el interior de los versos, pueden haber también finales de grupos fónicos con las entonaciones correspondientes a cada uno de ellos.
La interpretación
En una representación teatral de una obra en verso, además de recitar los versos, es necesario interpretarlos. La interpretación sería la recitación de los versos de forma adecuada al contenido semántico de éstos. El defecto más común en la interpretación de las embajadas es la interpretación monótona del texto y se produce cuando se recitan de la misma manera (con la misma entonación, la misma velocidad, el mismo volumen de voz, etc.) todos los versos de un texto de embajadas, desde el primero hasta el último. Este defecto, muy común por desgracia en la interpretación de los textos de embajadas, tiene dos consecuencias muy claras:
  • Los espectadores se aburren y se distraen, dejando de apreciar por ello tanto el valor literario del texto como el interés y las cualidades de los embajadores que lo interpreta.
  • Si la interpretación es demasiado grandielocuente o exagerada, al prolongarse el esfuerzo durante mucho tiempo, se produce el cansancio normal de los embajadores y, por ello, el final de la embajada suele ser más suave que el resto de ella, cuando lo correcto es justamente lo contrario, esto es, que se empiece suave y se acabe fuerte, subiendo progresivamente el tono a lo largo de ella.
Todo esto se puede resumir diciendo que “no por gritar más, se interpreta mejor”. Indudablemente, el método Stanislavski es el más indicado para la interpretación teatral, y también para la interpretación de las Embajadas y la Conversión, puesto que son interpretaciones teatrales que tienen lugar dentro de las fiestas de moros y cristianos.